Una tarde llena de tentacion Esa tarde fuimos a su casa con la excusa de repasar unos apuntes. Apenas cerró la puerta, me atrajo hacia él sin hablar. Me besó como si lo hubiera esperado todo el dÃa. Me llevó a su cuarto, y mientras mis dedos jugaban con su camiseta, sus manos ya se deslizaban por mi espalda. Me acostó despacio, su mirada fija en la mÃa. Su boca bajaba, su lengua encendÃa cada rincón. Mi cuerpo reaccionaba solo, temblando por cada roce, cada movimiento. Esa tarde no hubo estudio… solo suspiros, piel caliente y deseo liberado sin pausa.