Fiesta universitaria y secretos bajo la luna La fiesta estaba por terminar, pero para nosotros apenas comenzaba. Mientras todos se despedÃan, nos quedamos en un rincón con pocas luces, solos. Su mano rozó la mÃa y una chispa recorrió mi piel. Nos miramos sin hablar, y el silencio lo dijo todo. Me acercó despacio, sus labios encontraron los mÃos y el mundo se desvaneció. Entre risas contenidas y caricias suaves, la noche se volvió nuestro refugio secreto, un instante donde solo importábamos nosotros.