Juegos prohibidos en casa sin testigos La casa estaba vacía y el silencio era cómplice. Nos miramos, sabiendo que nadie interrumpiría nuestro momento. Sus manos se deslizaron con cuidado, explorando cada rincón que el otro le ofrecía. Sin prisa, dejamos que el deseo creciera y las caricias se intensificaran, hasta que todo se volvió pura electricidad. En ese espacio sin testigos, nos perdimos en un juego prohibido que ambos queríamos ganar.

Copyright © - COLEGIALAZ XXX | Shared By GuruXDesign